La vida me llevó a escribir este libro. Quiero compartirlo con los niños a quienes todavía no se les presentó la oportunidad de tener el primer día de Yoga, y con los padres y profesores deseosos de que sus niños tengan su primer día de Yoga.
Hace 22 años que doy Yoga para niños. Adapté el Yoga para adultos, que yo sabía, en Yoga para niños, inventando juegos y algunas posturas.
cada niño es una experiencia distinta. Todos aprendemos de todos, somos alumnos y a la vez maestros, en esta escuela de la vida. Si somos observadores, vamos a aprender mucho de los niños, de esas almas puras y evolucionadas que forman parte del plan divino.
Si hay algo que no entiendes, deja que pase el tiempo; en otro momento lo vas a entender. Todo tiene su hora, su instante.
La vida es una gran escuela. Viviendo, aprendemos tú, yo... toda la gente aprende; no importa la edad. Nunca se termina de aprender. Todos estamos estudiando en la escuela de la vida.
Nadie es el cuerpo sino el SER, que está hecho de energía, de conciencia inteligente, la cual nunca muere.
El Yoga es un método que enseña a sentir nuestro cuerpo, a flexibilizarlo gracias a las posturas que se adoptan, a controlar nuestra mente y a desarrollar nuestro espíritu. Mediante el cuerpo, controlamos nuestra mente, para que el espíritu se desarrolle y evolucione. Teniendo un cuerpo flexible, la mente también se mantiene flexible...
La respiración es muy importante. Es lo que primero hacemos al nacer, y lo último que hacemos al morir.
Según la filosofía del Yoga, hay relación entre el estado de la mente y la respiración. Por eso, en el Yoga es muy importante saber respirar bien...
La paciencia es la ciencia de mantenerse en paz interior. El impaciente no está en armonía con el universo.
Eres una persona hermosa y única, que está creciendo y aprendiendo a vivir. Vivir es tener experiencia. La experiencia consiste en errar una y otra vez y volver a empezar. Equivocándonos, aprendemos...
Las posturas también tienen efecto en nuestra mente, pues ella se concentra en el cuerpo y no puede pensar en otra cosa; así es como vencemos la ansiedad de movernos...
No te apures en entender. Todo llega en su justo momento. Tienes toda tu vida para aprender.
El Yoga es una disciplina para toda la vida, no sólo para un momento o para una época.
Si eres muy niño, no me vas a entender. Deja que pase el tiempo. Todo tiene su momento, su hora y su lugar. Todos estamos estudiando en el colegio de la vida...
Cada uno elige dónde y cuándo nacer. Elegimos a nuestros padres -solo que no tenemos conciencia de ello-. Cada uno es un ser único, y debemos aceptarnos tal cual somos. Somos hermosos, a pesar de nuestros defectos, y estamos aquí para superarnos, mejorar y crecer.
La vida es un gran libro que enseña varias cosas, pero no se necesita leerlo sino vivirlo, para aprender de él.
La vida siempre nos va a dar la oportunidad de aprender. Está en nosotros permanecer con los ojos abiertos o cerrados, querer escuchar o no, querer evolucionar o no.
La vida es un gran escenario terrenal, donde nosotros -los actores de esta gran obra- desempeñamos el papel que nos toca, de acuerdo con la voluntad del gran director de escena. Cada uno tiene su papel, cada uno trae una misión que ha de cumplir.
Pasamos por las mismas experiencias, a fin de aprender y crecer. Decimos: "Siempre me sucede lo mismo", pero no es casual que siempre sea así. Quiere decir que todavía necesitamos pasar por las mismas experiencias, para aprender. Nos vamos a golpear tantas veces como sea necesario, hasta que aprendamos.
Hay circunstancias que parecen negativas, en las cuales nos preguntamos por qué me sucede esto a mí, pero el tiempo y la vida nos van a hacer ver esos momentos con otros ojos. Son esos momentos negativos, en el fondo, los que nos permiten crecer.
Que los obstáculos y las pruebas que nos toca vivir nos sirvan para aprender, para superarnos, sobreponernos y luchar. Esa es la lección.
El placer genera poco o ningún cambio; nos deja en el mismo lugar. El dolor ayuda a la transformación; el darse cuenta produce un movimiento interior.
No me creas porque yo lo digo. Tienes toda tu vida para comprobarlo.
Graciela Liliana Tarzibachi
